lightbulb_outline ¡Advertencia! Esta reseña sobre Kimetsu
no Yaiba capítulo veintidós contiene
spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y
después regreses a leer la reseña.
Episodio
22: El patrón
Kimetsu no Yaiba capítulo veintidós inicia con un muy lastimado Tanjiro en presencia de los Pilares, todo parece apuntar a que será juzgado por viajar con un demonio quebrantando una de las normas de los cazadores. Sin embargo antes de ser ejecutado ‘el patrón’ hace su aparición y pide que se tolere el hecho de que Nezuko siga con vida y viaje al lado de Tanjiro, pero a pesar de la petición y la revelación de los sacrificios que se harán si Nezuko devora a un humano, los Pilares siguen sin estar de acuerdo, en especial el Pilar del viento y el de la serpiente, quienes montan una escena para sacar los verdaderos instintos como demonio de Nezuko.
Los
nueve Pilares
Es tiempo de hablar de los Pilares, ojala tuviera más palabras para expresar lo increíble de su aparición; increíble no por ser vistosa sino por el avance de trama que esto implica. De momento solo hablemos superficialmente de cada uno de los Pilares.
Iniciemos con Shinobu Kochou la Pilar del Insecto, de ella ya había hablado antes por su papel en la batalla contra la quinta luna, solo puedo mantener mi opinión, me agrada y necesito que profundicen en su personaje; sigamos con Gyomei Himejima el Pilar de la Roca, si me lo preguntan luce como alguien muy fuerte pero algo emocional; después tenemos a Obanai Iguro el Pilar de la serpiente, un tipo muy desconfiado pero que no tarda en actuar.
Continuemos con Muichiro Tokitou el pilar de la niebla, un tipo muy disperso y algo desinteresado de su alrededor; el siguiente es Sanemi Shinazugawa el pilar del viento, un tipo intenso y de ideas fijas; la que sigue será Mitsuri Kanroji la Pilar del amor, esta chica es muy dulce en apariencia y se le ve muy inclinada a ver cosas buenas en todos; el siguiente será Kyojuro Rengoku el Pilar de la flama, un tipo apasionado y enérgico; pasemos a Tengen Uaui el Pilar del sonido, un sujeto extravagante y un poco intenso y finalmente tenemos a Giyuu Tomioka el Pilar del agua, de él solo dejémoslo en alguien callado y socialmente torpe.
Cada Pilar se encuentra en
lo más alto de la asociación de cazadores de demonios por lo que sus
habilidades en combate no son ninguna broma. Pero precisamente por ser lo más
fuerte significa que son quienes más batallas han sobrevivido, y más dolor han
soportado, si lo pensamos detenidamente no es extraño que se nieguen a aceptar
a un demonio viajando con un cazador.
Un
acuerdo equivalente
La fuerza de los Pilares es
innegable, pero hay alguien que está más alto en esta pirámide de poder y ese sería
‘el patrón’ (pregunta seria: ¿soy la única que encuentra divertido este término?).
Los Pilares pueden renegar sobre Nezuko todo lo que deseen, pero es innegable
que quien tiene la última palabra es ‘el patrón’, y eso se demostró con el solo
hecho de que Nezuko ya lleve dos años a lado de su hermano. Pero todo tiene un
precio, Tanjiro siempre fue consciente de su situación, pues él mismo se lo prometió
a Urokodaki, en el momento en que Nezuko pierda el control y devoré a un humano
él deberá asesinarla y suicidarse. Ese fue el trato y ha vivido con el peso de
ese pacto desde el momento en que lo sello, sin embargo no es el único con una
promesa a cuestas, tanto Urokodaki como Tomioka han hecho el mismo trato con
tal de que se le permita a Nezuko permanecer con vida.
La revelación de este
acuerdo no parece impactar tanto a los otros pilares, pero ‘el patrón’ deja en
claro la situación, Nezuko tiene a tres personas dispuestas a dar su vida por
ella, si quieren asesinarla entonces deben presentar un trato que se equipare
al presente, no solo el valor de tres vidas sino una garantía de que Nezuko
atacara a los humanos. Esto consigue poner muy tensa la situación, pues si bien
es cierto que los otros Pilares no sacrificaran sus vidas, el Pilar del viento
y el de la serpiente no dudan en que podrán sacar a relucir la verdadera
naturaleza de Nezuko con algo de ayuda de los instintos. No es que sea una conclusión
errónea, pero si resulta muy simple y poco premeditada, en pocas palabras no
hay estrategia es pura fuerza e imposición.
Comentario
final
Kimetsu no Yaiba capítulo veintidós ha sido un episodio de infarto, no solo se nos presentó a la elite de los cazadores, sino que se revelo el rostro del mandamás de la asociación. Pero no fue lo único impactante del episodio, además pudimos ver la fuerza de ‘hermano mayor’ de Tanjiro nuevamente en acción al enfrentarse al Pilar del viento por lastimar a Nezuko; no conformes con ello además se nos revelo en fuerte trato que se hizo para mantener a Nezuko con vida, siendo sinceros era obvio que solo la vida de Tanjiro no era suficiente para que se aceptara la situación de los hermanos Kamado.
La emoción aun no abandona mi sistema, el final del episodio ha sido de infarto y las ansias por el próximo episodio solo van en aumento. Antes de acabar con esta reseña me gustaría aclarar que mi amor por Nezuko es grande sin embargo y a diferencia de muchos fanáticos de este anime, no me siento particularmente inclinada a detestar personajes por sus acciones iniciales. Esto lo digo en especial por Shinobu y Sanemi, quienes han atentado la vida de Nezuko, situación que no agrado a sus fanáticos, yo solo diré que las reglas existen al igual que el dolor, aún no sabemos que tanto han sacrificado ello para tener tal repulsión por los demonios, aun cuando en apariencia estos no representan ningún daño.
Finalmente, es tiempo de cerrar con esto, no sin antes preguntar: ¿Qué les ha parecido este episodio? ¿Qué opinan de los nueve Pilares? ¿Podría alguien confirmar que no solo soy yo quien siente que está viendo una serie de narcos cuando llaman al mandamás ‘el patrón’? Por último, pero no menos importante, ¿Qué opinan de esta incapacidad para aceptar la existencia de Nezuko?
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