lightbulb_outline ¡Advertencia! Esta reseña sobre Yesterday wo Utatte capítulo final contiene spoilers. Si no quieres pasar un mal momento es mejor que veas este episodio y después disfrutes esta reseña.
Yesterday wo Utatte
Capítulo Final: Desvío
La última entrega nos enseñó que la vida adulta es más sencilla cuando afrontas la madurez. Shinako y Rikou no durarían demasiado, eso lo sabíamos y por fin ponen sobre la mesa lo que sienten. Yesterday wo Utatte conjuga todas las lecciones aprendidas en el camino. La continuación del berrinche de Rou terminó en una controvertida conversación entre Shinako y Rikou admitiendo que ser “pareja” era un error. Su amistad no está perdida al igual que el amor de Haru por Rikou. Después del capítulo anterior no esperaba otra aparición de Haru; sorprendentemente fue Rikou quien la buscó para revelar ante ella sus verdaderos sentimientos. No sé si Shinako corra con la misma suerte con la que corrió Rikou, pero, fue una buena estrategia para mantenernos atentos a una segunda temporada.
Shinako y Rikou
El capítulo anterior nos quedamos esperando el desenlace de la confrontación entre Rou y Shinako. Ella corre tras él en este capítulo y al mismo tiempo que intenta alcanzarlo se da cuenta del lugar en donde realmente quiere estar. Para Rikou la situación no es distinta; él quiere a Haru. La relación que Rikou y Shinako mantenían es una de esas que solemos idealizar, de esas en las que no vemos con claridad a la persona sino sólo la idea, bastante abstracta, con la que deseamos estar. La amistad entre ambos no cambiará de eso podemos estar seguros, pero en definitiva no había ninguna clase de amor entre estos amigos.
Al sentarse en el parque, Rikou admite que sus sentimientos están basados en intentar conservar parte de lo que fue en la universidad a través del amor de Shinako. Ahora que inevitablemente ha crecido puede ver con claridad que aferrarse a esa relación sólo podía significar dos cosas; la primera es que no deseaba crecer y la segunda que no podía admitir que estaba enamorado de Haru. Shinako está en la misma posición. Ya en reseñas anteriores había sugerido que realmente estaba enamora de Rou pero el lazo con el que mantenía cerca al difunto hacia que huyera de sus verdaderas emociones.
¿Qué es el amor? se vuelve a preguntar Haru mientras Rikou piensa en lo egoísta que es querer a alguien sólo por sus atenciones. Cuando éste llega a su encuentro caemos en cuenta de lo mucho que el personaje ha crecido. En definitiva el amor es egoísta, lo hemos explicado ya en otra reseña. También dijimos que nadie puede evitar serlo, pero, enamorarse de alguien no significa ver sólo su idea o sólo su materialidad, significa el juego de ambas. Rikou quiere a Haru por sus atenciones pero también por su belleza, su atractivo. Ahí la idea no es mera abstracción, es una realidad tangible.
Shinako jamás había visto dentro de Rou, o al menos eso suelen pensar los espectadores. Esta mujer siempre se caracterizó por su casi nulo crecimiento, más bien nulo; después de todo Rikou la confrontó para aceptar lo que realmente siente por Rou. Al decir que Rou es como de su familia, Shinako cae en cuenta de que él ha sido sólo lo que ella quería aceptar. El tiempo ha pasado y su miedo a perderlo demuestra que él es con quien desea estar. Rou es un muchacho berrinchudo al que habría que desengañar. En esta entrega aún no logramos desenmarañar sus sentimientos y juzgarlos sería, seguramente, un error. Lo cierto es que al fin han encontrado la pieza faltante en el rompecabezas.
Conclusiones finales de Yesterday wo Utatte
Yesterday wo Utatte no es la serie que todo el mundo esperaba o pedía, pero sí de las más criticadas por el público. En efecto las reseñas ofrecen un punto de vista lo más objetivo posible; para eso no sólo se debe contemplar la opinión pública, pues es bien cierto que las mayorías no suelen determinar, siempre y necesariamente, lo mejor posible, es necesario mantener un punto de vista crítico, no al modo de destrozar, sino de contemplar la totalidad y el conjunto de la obra. En mi experiencia, este anime no era en lo absoluto de mi agrado cuando comenzó la emisión, pensaba que era lento, aburrido y tedioso. De los personajes que más me desagradaron la lista la encabezó siempre Shinako. Sin embargo, el objetivo de este trabajo es ofrecer no mi opinión, sino lo que el anime ofrece en su unidad.
No puedo negar que es lento, pero esa lentitud tiene una razón de ser a diferencia de otros animes que realmente son de lo más simples. He dedicado cada reseña a un tema en específico más que a un estudio minucioso de los personajes, pues cada uno, sin el ritmo y la estructura del anime no tienen nada que ofrecer. Este anime no es entretenido, esa es una realidad, y no lo es porque existe una ligera distinción entre el contenido para el entretenimiento y el contenido vanguardista como es el caso de esta serie. Es bien claro que el coming-of-age es un género que basa su desarrollo en el crecimiento del personaje principal con base no en la acción sino en el argumento que encuentra en diálogos. La atención debe enfocarse no en el ritmo de vida de Rikou, porque es bastante cotidiano, sino el las conversaciones que mantiene y en las respuestas que encuentra.
Lo que parece enfadar a la audiencia es el tajante realismo que maneja la serie, no por cruda, claro está, sino por aburrida. La vida adulta no es un torbellino de emociones. La acción de los adultos no está determinada por acciones drásticas que demuestren un cambio inmediato, como lo haría un adolescente, sino en la reflexión con la que puedan determinarse a cambiar sus imperfecciones. El mundo de fantasía con el que solemos relacionar al anime es un burbuja de la que se debe desencasillar. No puedo negar que esa clase de historias también pueden ofrecer reflexiones aún más profundas que este anime, pero la valía de Yesterday wo Utatte no radica en un elaborado pensamiento dado listo para ser recibido, sino en el trabajo propio de encontrar en él el argumento.
Una vez que hemos determinado todo esto, no queda más que decir. Fue un buen anime del que podemos aprender bastante, sobretodo a desprejuiciarnos. Rikou es un hombre que necesitaba aterrizar a su realidad y buscar su propio camino. Me quedo con las ganas de una segunda temporada que no permita ser parte del crecimiento de este personaje. Que la vida adulta no es igual de divertida de la de la juventud, no lo podemos negar, pero, como hemos repetido incansablemente, el tiempo corre en nosotros y el río inevitablemente tiene que llegar al mar. Crecer no debe ser sufrido, crecer debe alentarnos y dejarnos llegar al punto máximo de lo que podemos llegar a ser. Como siempre, espero sus comentarios, esta vez para despedirnos.
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