Reseña | Hanyo no Yashahime – Capítulo 11

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Dic
17
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Hanyo
© 高橋留美子/小学館・読売テレビ・サンライズ 2020

Capítulo 11: “La maldición del estanque devorador de hombres”

Hanyo no Yashahime reaparece una semana más con una nueva aventura. En esta ocasión, las hermanas semidemonios aceptan la misión de purificar un lago poseído por una entidad maligna. Allí se encuentran a dos niños cuyos padres fueron asesinados por el demonio de dicho lago. Setsuna y Towa detienen al mayor, que desea vengar la muerte de sus padres, y pasan la noche junto a los pequeños y su abuela.

Al amanecer, deciden atacar al demonio. Justo en ese instante, las encuentra Moroha y se une a la lucha. Pronto, descubren que se trata de dos demonios aliados con capacidad de envenenarlas. Moroha queda inmóvil por su debilidad humana, mientras que Setsuna y Towa muestran distintas resistencias a los venenos. En equipo, usan sus habilidades para ganar y purificar el estanque.

Análisis: Aguas estancadas

Hanyo no Yashahime nos introduce una aventura paralela a la trama principal en su entrega número 11. En ella, volvemos a encontrar una historia trágica con final agridulce; esta vez, totalmente desvinculada al rastro de sus padres o Kirinmaru. También volvemos a encontrar el uso de los espejos: Chiyo y Hikomaru son hermanos en los que Setsuna y Towa vuelven a reflejarse para profundizar en sus propios lazos a través de ellos. Además, el violín de Setsuna es el espejo del biwa, y cumple la función de despertar las emociones más tristes y bellas de los dos pequeños, pues les trae el recuerdo de su padre.

En este nuevo juego de reflejos, que insiste en la dinámica del episodio anterior y encuentra nuevos caminos, encontramos el agua estancada y putrefacta, el enemigo encarnado en dos demonios con estereotipos contundentes. Poco o nada hay que comentar del contraste entre el agua estancada y la belleza del lago purificado, porque son mensajes universales muy claros sobre el bien y el mal. Sí podemos resaltar, no obstante, la coherencia estética y emocional con que se ha llevado, creando una historia triste, pero, definitivamente, hermosa.

Hanyo
© 高橋留美子/小学館・読売テレビ・サンライズ 2020

Otro aspecto que merece comentario son las escenas de la lucha, muy coherentes y épicas, y que han sabido conectar con las emociones intensas de las protagonistas. Por último, cabe resaltar la actitud humana de Setsuna, que demuestra ser reservada, pero no insensible, y poco a poco, va entendiendo y aceptando a Towa.

El papel de Moroha

Las últimas emisiones de Hanyo no Yashahime vierten una serie de impresiones negativas en la comunidad de fans de la reciente serie: ¿cuál es el papel de Moroha en la historia?

Moroha demostró una gran personalidad y dotes de lucha – superando los clichés de su madre, por cierto, que no acertaba una flecha ni por casualidad- y sus comienzos enamoraron. Sin embargo, en los últimos capítulos ha tenido un papel secundario y relegado a “payasa” del grupo, mero personaje cómico con escenas sencillas. Puedo entender que los guionistas pretendan dar un giro y centrarse más en las hijas de Sesshomaru que de Inuyasha, pero revocar todo su protagonismo de golpe, más allá de disgustar a los seguidores de Hanyo no Yashahime, es caer en el abismo sin fondo de la incoherencia.

Esperamos que este lamentable error se subsane, porque Moroha es un personaje muy prometedor y carismático.

© 高橋留美子/小学館・読売テレビ・サンライズ 2020

A modo de conclusión

Esta última entrega de Hanyo no Yashahime nos cuenta una pequeña aventura que repite los patrones de las anteriores. De este modo, la historia sirve para profundizar en los lazos fraternales de Towa y Setsuna, descubriéndonos el lado más humano de esta última.

Por otro lado, la sucesión de escenas de lucha y sentimentales está muy equilibrada, conecta con las emociones del espectador. La batalla contra los demonios es vibrante, apasionada, y el violín de Setsuna cierra el capítulo con una tristeza hermosa. La catarsis está asegurada.

En cuanto al protagonismo de Moroha, nos preguntamos a qué se debe este maltrato narrativo en los últimos episodios, que la han simplificado y relegado a personaje cómico secundario.

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Fuente: Somos Kudasai

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