Reseña | Honzuki no gekokujou 2 – Capítulo 4

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Abr
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lightbulb_outline Esta reseña sobre Honzuki no gekokujou 2 contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.

Capítulo 4 (18): Reformas en el orfanato

Las sobras de la nobleza y de sus sirvientes son dadas a los huérfanos, Myne pide a Gil mostrarle el lugar y él accede. Ingrata sorpresa se llevó al ver el estado deplorable de los sin padres. Se desmaya la ratona y es llevada a sus aposentos, al despertar Gil le ruega que les ayude, ella duda y luego y a su modo acepta. Conversa con el Sumo Sacerdote, este se niega. A la salida de la catedral y luego de una conversación con Lutz, tienen una idea, hacer un taller en el orfanato. Hablan con Benno sobre la idea, este les dice que sean cautelosos, pues son nobles. Arman un plan para conversar con el Sumo Sacerdote, y en un lugar secreto de sus aposentos él la regaña y accede a su solicitud, desde ahora Myne será la nueva directora del orfanato. Delia da su bendición a su manera.

Opinión del capítulo

El capítulo fue tan atrapante que ni cuenta me di si aparecieron errores en las imágenes, es decir deformaciones. En cuanto a la continuidad de la trama, me parece un buen recurso no mostrar lo que se sobreentiende y también narrar acontecimientos menores con solo unas cuantas imágenes quietas, como la de Frank pasándole el papel al Sumo Sacerdote. No muestran cosas innecesarias, nos dan los recursos para saber que han pasado, lo cual agiliza el anime, que por los subtemas que toca tiene un contenido muy pesado. No veo que hayan sido apresuradas las cosas, tiene un ritmo rápido, pero con una naturalidad increíble. Quizá algo que me hubiera gustado ver era una charla de Myne con sus padres sobre los huérfanos, quizá haya sido algo profundo e interesante de ver, pero a lo mejor esa charla nunca pasó pues Myne tuvo la resolución de ayudar gracias a Lutz. Así que, si bien algunas cosas se resuelven rápido, no me parece que hayan cosas forzadas, sino agilizadas y de buena manera.

El encuentro con la miseria

Myne le solicitó a Lutz ver el orfanato, este accede y lo que encuentra es la miseria encarnizada, luego decide actuar y ayudar a esos niños. Este relato tiene mucha semejanza con una tradición budista: cuenta la leyenda que el príncipe Siddharta quiso conocer la ciudad que gobernaría, para lo cual salió a escondidas y entre los barrios de la ciudad se topó con un anciano y el príncipe quedó horrorizado y se preguntó “¿ese puedo ser yo?, luego siguió caminando y se encontró con un enfermo tirado en el piso sin poder hacer nada más, barrios más abajo vio a gente muriendo por la calle y conoció la muerte. Luego de este shock, el príncipe dejó su reino y se fue a meditar para encontrar el camino que salve a todas las personas del sufrimiento, de la miseria. Hay varias versiones, pero tienen el mismo mensaje: como conocer la miseria nos hace querer actuar contra ella. A Myne le pasó esto, en los ojos de esa niña vio el sufrimiento humano, vio la inhumanidad de la vida y no pudo quedarse con los brazos cruzados. Esta es toda la semejanza que hay entre Myne y Buda.

Las normas, la sociedad, la nobleza

Myne no se va al monte y trata de iluminarse, pues vive en una sociedad donde eso no está contemplado. Su respuesta es más práctica y trata de hacer algo bajo sus medios. Pero acá nos damos cuenta, mucho más, de la clasificación y la jerarquía social de este mundo ficticio. Hay normas que deben seguirse, hay costumbres sociales que no se deben romper. El pedido al Sumo Sacerdote es negado por este debido a estas limitaciones, no hay recursos y los siervos no bautizados no son ni considerados como humanos, no son nada. Además estos siervos de hábito gris tienen un valor en el mercado altísimo si es uno bueno, se los cuida y cría para su beneficio. La frialdad del Sumo Sacerdote sorprende, pero él, cual Sócrates, solo hace caso a las costumbres y leyes del lugar donde vive. Las normas se hicieron para cumplirse, la sociedad jerarquizada está así por algún motivo y la nobleza es la ostenta el poder de alguna manera, cualquier cambio de la fórmula es una amenaza para lo ya dado, por eso los nobles y la gente a favor del patriarca ven mal a Myne, quien más que nada tiene intenciones, pero no decisiones.

¿No les recuerda a nuestra realidad?

Haciendo un paréntesis y sin alejarnos mucho del anime, pero que da pie a poder comentar este apartado. ¿No les parece que esta fantasía sea un símbolo de nuestra realidad? Desconozco si el autor ha tenido estas intenciones, desconozco mucho de las novelas ligeras en la cual el anime se ha basado, pero sí el autor está describiendo de modo alegórico nuestra realidad social, siento que lo hace de muy buena manera. En principio porque el Sumo Sacerdote pone en relieve que sin dinero no se puede hacer mucho para ayudar a los huérfanos, sin dinero las intenciones solo quedan en eso, no se vuelven acciones. Por mucho que quieras ayudar no se tiene un poder real si no se cuenta con dinero. Otra cosa es que los huérfanos son criados para que sean sirvientes de los nobles. Esto es una realidad en Japón como en otros lados, la gente que no es adinerada debe estudiar algo para luego trabajar en alguna empresa, esto sucede en su mayoría, y aunque al final tú te vuelves el jefe, tendrás trabajadores que hayan tenido que estudiar para que sean explotados por ti. Es decir nos educamos para servir y beneficiar a la gente que está por encima de nosotros. Es realmente interesante lo que este anime nos puede dar para reflexionar.

Por último, la realidad social misma y la autosatisfacción que podemos sentir cuando pensamos que hacemos algo que tiene importancia cuando no la tiene. Myne pensó que hablando con el Sumo Sacerdote se resolverían las cosas, pero la realidad fue otra, sus intenciones no solo no son importantes, sino que no tiene el poder real para cambiar algo.

La moralidad no resuelve nada

Como dijo el Sumo Sacerdote, parafraseándolo: la moralidad no resuelve nada. Tener buenas intenciones no resuelve nada. Nuestra realidad es así, muy parecida a la de Myne, podemos ver a alguien pidiendo limosna en la calle, pero sencillamente varios elegimos ignorar. Eso es lo que piden Fran y Delia, ignorar eso, ignorar la miseria. Por eso los huérfanos viven encerrados, porque son los ignorados, mientras que los que tienen más suerte se regocijan en su autosatisfacción de darle un like a un comentario y pensando que así solucionamos algo. La vida, como lo expresa el Sumo Sacerdote, no es tan sencilla. Simplemente la miseria sigue ahí, ante los ojos de todos pero encerrada para no perturbar a nadie, y cuando se muestra solo ignoramos y volvemos a nuestra vida normal. Lo que realmente resuelve algo es actuar, hacer algo. Ver nuestras posibilidades y tomar una decisión, eso es también algo que hace Myne, pero como Benno es la razón madura de Myne, le dice que debe ser precavida, porque al final ella tendrá apoyo, pues no es la única que quiere acabar con esas cosas, pero solo hay que hacer eso: decidir y actuar.

El lobby empresarial para ser directora del orfanato

Una de las cosas que más gracia me dio en el capítulo fue cuando Myne piensa que lo que dice Fran le recuerda al lobby empresarial. Pues parece que al final de todo están haciendo negocios o proponiéndole un negocio al Sumo Sacerdote. Esto también se dice debido a que hay formas de hacer las cosas, formas que Myne debe conocer para saber hacerlas luego por sí misma. Debe crearse oportunidades e ir con ventaja frente al inversionista, que en este caso es el Sumo Sacerdote, o sino ir con ventaja frente al jefe cuando le quieres pedir algo o reclamar algo, no es algo que se deba hacer apurado, siendo una de estas cosas por la que el Sumo Sacerdote regaña a Myne. Ser impulsivo no es bueno en varias ocasiones, Myne tendrá que aprender a usar esas formas empresariales tanto dentro como fuera de la catedral.

Los deseos egoístas de una pequeña ratona

Conciencia tranquila, lectura tranquila. Esa es mi descripción de Myne sobre este asunto, también es lo que ella dio a entender. Si no puede ayudar simplemente no estará tranquila para poder leer, no se puede concentrar. Un deseo egoísta es lo que la lleva a la ratona a querer ayudar a los huérfanos. Esto fue como un golpe de sorpresa, incluso la escena lo retrata así porque el Sumo Sacerdote se queda sorprendido y la música de fondo dejó de sonar, fue una escena perfecta, porque además la inocencia de Myne ayuda a que el impacto sea mayor, debido a que lo dice con una naturalidad sorprendente. Un deseo egoísta puede ayudar a las personas, pero no deja de ser egoísmo. Al final descubrimos que el Sumo Sacerdote también tiene sus motivos para ayudarlos, motivos que desconocemos y siento que desconoceremos en mucho tiempo. Ahora Myne es la directora, veamos cómo “explotará” a sus huérfanos, porque el que no trabaja no come.

Un capítulo muy interesante, quizá no fue el mejor para mí, pero sí el que más me hizo reflexionar y eso dice mucho. Debo decir que este anime es una caja de sorpresas, realmente no sé que pasará en el siguiente capítulo, pues pensé que en este el patriarca haría algo contra los sirvientes o los del hábito azul, que después de todo también son huérfanos. Ahora que me pregunto, ¿el lugar del que fue apartado Gil hace dos capítulos, cuál era? Porque recuerdo que esos niños recibían la limosna divina y por eso expulsan a Gil. O, ¿era el comedor y comían las sobras de sus nobles? En fin, espero con ansias el siguiente capítulo.

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Fuente: Somos Kudasai

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