Artículo Original de Alicia Haddick
El primer episodio de My Dress-Up Darling hace un gran trabajo al establecer a sus protagonistas. Wakana Gojo es inspirado a una temprana edad a convertirse en un artesano de muñecas Hina, luego de verlas en exhibición en el taller de su abuelo. Es una afición que Gojo mantiene oculta, mayormente por vergüenza de lo que puedan pensar otros. Es difícil culparlo por su actitud: una amiga de la infancia le dijo que era raro por estar obsesionado con la belleza de las muñecas y como resultado, él empieza la serie siendo un poco cerrado, escondiendo sus muñecas y sus sentimientos.
Mientras, Marin Kitagawa, parece tenerlo todo. Es popular, extrovertida y capaz de llevarse bien con todo el mundo. Es una otaku y está más que feliz de compartirlo con sus amigos. Sin embargo, se siente incapaz de ser completamente honesta sobre lo mucho que le importan estos personajes, o su deseo de hacer cosplay de ellos. Estas dos personas inseguras se conocen por casualidad en un salón que ambos pensaban que nadie utilizaba.
Aquellos que vieron la serie cada semana, mientras estaba en emisión en la temporada de invierno (y les recomendamos verla completa ahora a quienes aún no lo hayan hecho), saben lo que pasa después. Conforme ambos se adentran en el emocionante mundo del cosplay, se enamoran el uno del otro (aunque aún no se confiesen). Gojo dedica sus habilidades con las muñecas Hina a la muñeca humana que es Marin, transformándola en una serie de hermosos cosplays inspirados en los juegos y series que ella ama. El tiempo que le toma crear trajes para ella y otros refina las habilidades de Gojo, acercándole indirectamente a su sueño de ser un artesano mediante estas nuevas experiencias.
Mientras, Marin va ganando confianza, ahora que finalmente puede vivir su sueño de meterse en la piel de sus personajes favoritos a través del cosplay.
Si eres una persona romántica sin remedio, que ama ver una relación que se va formando frente a tus ojos, probablemente estarás familiarizado con este género y sus muchos tropos. Sea cuál sea el tipo de romance que te engancha, una cosa en la que podemos estar de acuerdo es que las mejores relaciones son aquellas en las que los personajes no solo se complementan mutuamente, sino que se impulsan el uno al otro gracias a sus intereses mutuos.
Con eso en mente, Gojo y Marin son la pareja ideal. Aunque la serie le gusta recurrir a su humor cargado de fanservice, al meter de cabeza al inocente Gojo en el mundo de novelas visuales de contenido muy adulto o con los muchos “fallos de vestuario” inesperados de los cosplays, hay un sentimiento palpable de júbilo en la forma que ambos se van acercando al amor que resulta infecciosa para el espectador. Es un sentimiento familiar, pero uno que es difícil de capturar entre personajes ficticios en pantalla sin una afición mutua que le de raíces. Aquí, conforme el dúo va creando trajes y personificando a otros personajes, van aprendiendo que algunas veces la mejor manera de convertirte en una mejor persona es transformándote en alguien más.
RELACIONADO: ¿Qué tan bien conoces a Marin Kitagawa de My Dress-Up Darling?
¿Pero por qué el cosplay? Puedo imaginarme que no pocos de los que estén leyendo esto son cosplayers y podrían listar una serie de razones por las que les gusta la afición sin necesidad de pensarlo mucho. Si amas a Yuji Itadori de JUJUTSU KAISEN, por ejemplo, podrías elegir hacer un cosplay suyo como una forma de expresar tu amor y compartirlo con otros. Al ir a convenciones o a eventos de cosplay, estás rodeado de otros fans que piensan como tú, que probablemente se alegrarán al ver como traen a la vida al personaje que les gusta. No solo serás tú quien tenga un gran día, ¡sino que probablemente también le alegrarás el día a otros!
Para Marin, el amor por un personaje es lo que la inspira a hacer su primer cosplay. Incluso como alguien que carece de las habilidades de Gojo para la costura, ella persevera. Marin solo descubre las capacidades de Gojo cuando busca desesperadamente la máquina de coser de la escuela para arreglar su traje. Y como luego admite, el poder transformarse en estos personajes es la muestra de amor definitiva, algo que no le puede ofrecer el simplemente hablar sobre estos juegos o animes.
Luego de este encuentro, ambos deciden trabajar juntos en el traje, sin juzgar. Para Gojo, la vergüenza que siente por su amor a las muñecas Hina se transforma en su orgullo. Las expectativas de género de la sociedad que le hacen sentirse avergonzado de sus habilidades para la costura o el maquillaje, son aceptadas por Marin. Esto le da la confianza de utilizar sus habilidades para el cosplay, y el poder hacer felices a otros le hace una persona más abierta a compartir eso que mantuvo oculto con un grupo creciente de amigos que le importan.
A veces, para convertirte en quien deseas ser, es imposible seguir siendo quien eras. Hay una frase en el capítulo 5, cuando Marin se está tomando fotos de su hermoso traje de Shizuki-tan que la hace casi irreconocible, que ejemplifica esto perfectamente. Viendo a Marin y al resto de los cosplayers divertirse mientras interpretan a alguien más, Gojo no puede evitar darse cuenta de lo cómodos que parecen estar en sus nuevos papeles. “Se disfrazan de los personajes que les gustan. Lo disfrutan libremente”.
La ropa es una forma de expresión, ya sea que tengas un estilo reservado, que te mantengas a la última moda, o que te pases todos los días de cosplay. Al final, la ropa y como eliges presentarte a ti mismo son una extensión de quien eren. Solo al permitir que tu apariencia exterior coincida con la de la persona que eres por dentro, podrás encontrar la confianza en ti mismo y convertirte en la persona que siempre has creído que eres.
Como una persona trans, fue un largo proceso el entender quien no quería ser y ganar la confianza para ser la persona en la que elegí convertirme. El catalizador para todo esto fue la moda y el cosplay. Este último me dio la primera oportunidad de lucir más femenina, y fue el permitirme salir del agujero de reclusión en el que me atrapé a mí misma el como la moda de convirtió en una forma de realizarme. Permitirme experimentar nuevas cosas fue un hogar que encontré para mí, me transformé en la persona que veo en el espejo todas las mañanas. Un color de cabello oscuro natural dio paso a colores violentos, con elecciones de vestuario que eran igualmente atrevidas y agresivas.
¡Y funcionó! Solo al darle afecto a la persona que eres por dentro puedes transformar a la persona que eres por fuera. Al hacerlo gané un nuevo nivel de confianza que hizo que no me reconociera, y me lancé a mis aficiones, mis amigos, y a conocer a nuevas personas.
Y esto nos lleva de vuelta al cosplay para Gojo y Marin. Lo que es tan atrayente acerca de su relación es su química y las maneras en las que se apoyan el uno al otro en sus viajes de descubrimiento personal. Marin no se ríe del interés de Gojo en las muñecas Hina, a diferencia de su amiga de la infancia que se burló de él, está impresionada y le apoya. Gojo es crítico con el primer intento de cosplay de Marin, pero no es cruel. Lo ve desde la perspectiva de alguien que sabe de costura y elige usar sus habilidades para ayudar a Marin a alcanzar sus metas.
A través de su mutuo respaldo y su dedicación al intrincado arte de la transformación a través del cosplay, ambos aprenden más de sí mismos y del otro al convertirse en algo (o en alguien) completamente nuevo. En el corazón de My Dress-Up Darling están dos personajes enamorados. Lo que da pie a su relación es el cosplay y su deseo innato de expresarse al convertirse en alguien más.
Después de todo, el romance solo puede nacer al aprender a entenderse. Incluso si ese entendimiento surge de vestirse como una chica de una novela visual erótica.
Alicia Haddick escribe artículos para Crunchyroll. Si no está viendo anime o demasiadas películas, probablemente esté tomando fotos con su cámara o escuchando a sus grupos de idols favoritos. Puedes encontrarle compartiendo sus otros trabajos sobre anime, juegos y películas, y divagando sobre casi cualquier cosa en su cuenta de Twitter @socialanigirl, o en Letterboxd. Adaptación al español de Amílcar Trejo Mosquera.