Reseña | Kono Oto Tomare! – Capítulo 10

#10 Cerca pero lejos Luego de conseguir lugar en una posada gracias a Kurusu y de convencer a Takinami, el club se prepara para realizar un campamento de entrenamiento con el fin de practicar ‘Ku-on’ y de reforzar las bases de Sane, Mittsu y Kota. El campamento comienza en pleno viaje con Takinami reproduciendo la … Saber más

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lightbulb_outline Esta reseña sobre Kono Oto Tomare! contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.

#10 Cerca pero lejos

Luego de conseguir lugar en una posada gracias a Kurusu y de convencer a Takinami, el club se prepara para realizar un campamento de entrenamiento con el fin de practicar ‘Ku-on’ y de reforzar las bases de Sane, Mittsu y Kota.

El campamento comienza en pleno viaje con Takinami reproduciendo la anterior presentación del grupo. El mal sonido impresiona a todos, siendo Kota el más afectado.

Ya en la posada, Chika no logra tocar una parte de ‘Ku-on’ por lo que pide ayuda a Satowa. Paralelamente, Kurusu tiene problemas para enseñarle a Kota debido al nulo sentido musical de este.

Al tocar en conjunto, Satowa llama constantemente la atención a los errores de Kota, por lo que Kurata propone pasar a la siguiente parte. Dicha parte es la que Chika no podía tocar, pero finalmente logra hacerlo.

Esa noche Kota desaparece al sentir que es una carga para el resto. Al notar su ausencia, todos se precipitan a buscarlo, mientras Kurata le informa la situación a Takinami. Kurusu se culpa por su huída e intenta ir en su búsqueda, pero Kurata la detiene y va en su lugar.

Luego de oír el sonido del metrónomo, Chika encuentra a Kota practicando. Seguidamente, el resto del grupo se reúne con ellos y por último llegan Satowa y Kurusu, acompañadas por Takinami. Antes de volver, Chika le dice a Kota que lo quiere cerca.

Al día siguiente, Takinami piensa en un método para mejorar el sentido musical de Kota.

La debilidad de Kota

Con su personalidad optimista e infantil, era difícil ver a Kota como un personaje a desarrollar, e incluso como un personaje que pueda albergar problemas serios, pero hasta la persona más alegre y relajada puede reconocer sus falencias, y sin el apoyo indicado, estas terminan generando un peso demasiado grande.

En el caso de Kota, el agravante es su nulo sentido musical, es decir, la incomprensión de los elementos de la música, (melodía, armonía y ritmo), lo que requiere el doble de esfuerzo que el resto de las personas. Aún con esto en contra, el chico ha demostrado que quiere mantener su lugar en el grupo, y desea mejorar para no ser una carga para sus amigos, y el resto del club ha ayudado a que dé el primer paso en superar esa gran barrera.

El fortaleza de Chika

Yendo en dirección contraria a la de Kota, Chika posee un potencial increíble que aún no puede explotar, y que ya hemos visto en repetidas ocasiones. Si consideramos que el chico solamente lleva unos meses tocando y que puede aprender de la observación, sin mencionar su deseo constante de auto-superación, no es descabellado tomar por ciertas, sus palabras sobre alcanzar a Satowa eventualmente, quizás en un futuro no muy lejano.

Pero aún falta mucho para eso, y hay múltiples cosas que Chika necesita aprender, ver, experimentar y sentir para desarrollar un sonido que pueda llamar suyo.

Personajes en constante crecimiento

Uno de los puntos fuertes de Kono Oto Tomare! es el crecimiento de sus personajes, ya sean principales o secundarios, todos crecen por la simple razón de que el propio conjunto se fortalece y los empuja a mejorar.

Esta vez el foco estuvo puesto en Kota y su dificultad para seguir al grupo, pero en paralelo, pudimos observar el desarrollo o el resultado del crecimiento del resto de los personajes, con Mittsu y Chika mejorando su técnica, Sane volviendo a ser el vínculo constante entre el pasado de Chika y compañía con los miembros del club, Kurata y su resolución con Takinami, Kurusu y su preocupación constante por Kota y Satowa, quien desea preservar el lugar que han conseguido.

Todos ellos han crecido y continúan haciéndolo, apuntando a una meta en común y fortaleciéndose como un conjunto mientras buscan expresar aquello que los aqueja a través de la música.

Opinión final

Ver a Kota luchando en silencio con su propia falta de habilidad fue doloroso. La incapacidad de hacer algo y la pérdida del sentimiento de pertenencia a un grupo es algo con lo que muchos pueden identificarse. Y en igual medida, fue hermoso ver que sus amigos se preocupaban de tal forma por él y no consideraban su incapacidad como un peso, sino como algo a superar eventualmente.

Lejos del tema principal y entre las muchas cosas que pasaron, hubo algunas muy interesantes para señalar, y me refiero a las interacciones entre Satowa y Chika, que aún siendo pasivo-agresivas son mucho más agradables de ver y derivan en algunos buenos momentos como el de Chika pidiéndole ayuda con la parte que no podía tocar o mi momento favorito del capítulo donde el chico le da la mitad de su «papuco».

Asimismo tuvimos más del nuevo lado fraterno de Kurusu con su preocupación por Kota, la renovada firmeza de Kurata y una curiosa interacción entre Takinami y Kota que deja entrever que el profesor sabe más de música de lo que aparenta.

En fin, un capítulo digno de un campamento de entrenamiento, aportando bastante a la consolidación del grupo, no solo musicalmente sino también ayudando a afianzar las relaciones entre los miembros del club, y dejándonos con una sola duda, ¿cómo sonará ‘Ku-on’ luego de esto?  

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Fuente: Somos Kudasai

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