La actriz de cine para adultos Sakura Tsukishima (月島さくら) publicó una actualización en Twitter revelando que ha tenido que cancelar la renta de su departamento (con dos meses de anticipación, de acuerdo con la imagen adjunta) debido a que la industria de la pornografía en Japón se ha visto temporalmente congelada tras la integración de una ley reguladora.
Tsukishima escribió: «En serio, he cancelado mi piso. Estoy demasiado preocupada por mi futuro debido a la nueva ley y me encuentro en una situación en la que no tengo más remedio que abandonar mi hogar. Por favor, necesito trabajo».
Más tarde escribió: «Elegí las habitaciones que quería y las construí yo misma. He disfrutado montando los muebles yo misma. Cuando recuerdo todo eso, me da pena dejar mi departamento. Es una situación difícil». Y concluyó: «Hemos hecho muchas actividades y conocemos mejor la industria que muchos. Pero no nos pidieron nuestra opinión en esta ley, solo escucharon a Derechos Humanos sacaron una ley. Realmente esto es inaceptable».
¿Y cuál es la nueva ley? Como ya se mencionó en un artículo anterior, esta ley, que es la primera de este tipo en Japón, permite a las artistas cancelar un contrato sin condiciones hasta un año después del estreno de una película. Este periodo es de dos años para los siguientes dos años como medida transitoria. En efecto, la legislación otorga a las artistas intérpretes o ejecutantes el derecho a detener la venta y distribución de una producción en cualquier momento dentro del periodo permitido.
También se ha establecido un periodo de reflexión, que probablemente causará consternación a quienes planifiquen los calendarios de estreno de artistas populares y debutantes. Ahora las compañías productoras deben esperar un mes después de la firma del contrato con una artista y otros cuatro meses después de la finalización de un rodaje para lanzar la película, lo que da tiempo a la artista a cambiar de opinión y marcharse sin ninguna penalización.
Las compañías productoras y directores deben ahora entregar documentos detallados a los intérpretes en los que se especifiquen los actos sexuales de un rodaje, incluyendo si las intérpretes serán identificables en la producción final. En cuanto a la cuestión particular de la intimidación y la coacción, los productores se enfrentarán a hasta tres años de cárcel y a cuantiosas multas si intentan impedir que una artista se retire de un contrato.
Por supuesto, todas estas nuevas condiciones, antes generalmente aceptadas y ahora legalmente aprobadas, han detenido la producción de cine para adultos en Japón, especialmente por el establecimiento del “periodo de gracia“, que retrasa los lanzamientos hasta cuatro meses después de la finalización del rodaje.
Fuente: Yaraon!
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