lightbulb_outline ¡Advertencia! Esta reseña sobre Banana Fish capítulo veinte contiene spoilers. Si aún no has visto el capítulo, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.
#20 The Unvanquished
La fiesta de Golzine inicia y todos los planes se ponen en marcha. Con el elemento sorpresa de su parte, Eiji y el resto logran recuperar a Ash y escapar. Usando los laberintos subterráneos de Manhattan logran despistar al enemigo, sin embargo esta solo es una solución temporal, pues pronto son descubiertos y perseguidos. Para mantener a Ash a salvo, Eiji hace de carnada; pero Ash no es del tipo de esperar pacientemente. Junto a Cain inicia su propio plan para poder deshacerse de la persecución de los hombres de Yut Lung. Todo va según lo planeado, pero Eiji y su grupo son traídos como rehenes. Para cambiar el tablero, Ash toma a Yut Lung como rehén y negocia un intercambio con Blanca. El intercambio se concreta y Ash consigue escapar, el herido orgullo de Yut Lung lo hace prometer que se vengara por lo ocurrido.
El samurái japonés
No puedo, no iniciar esta reseña hablando de Eiji y su papel en este capítulo. Como dije antes, el papel de Eiji siempre fue muy pasivo. Hay muchas cosas en su cabeza, pero todo permanece dentro de él. Lo único que siempre quedo claro es que Ei-chan se preocupa por Ash y desea su bienestar. Esto no cambio para este episodio, solo que ahora entro en la acción para, él mismo, asegurar el bienestar de su amigo. Es así como Eiji tiene dos grandes momentos para brillar en su determinación de proteger a Ash. El primero es durante el atentado en la fiesta, y el segundo es durante la persecución en las cloacas. Ambos momentos están plagados de fuerza y decisión, porque Ei-chan no está pensando en sí mismo sino en su amigo. Tristemente el que haya habido poder en estos dos momentos, no implico que todo saliera bien.
Pese a que en algún punto Ash tuvo la oportunidad de enseñarle a Eiji a disparar, al momento de la verdad este acabo fallando. Cosa que, al menos para mí, era algo que tenía que ocurrir. Seamos sinceros, era mucho pedir que Ei-chan apuntara a alguien con un arma y no errara el tiro. Las razones son simples: la fuerza del tiro (quien no acostumbra a disparar puede encontrar la fuerza de salida de la bala muy excesiva) y el miedo. Quien ha crecido en un ambiente lejano a las armas y la violencia, como es el caso de Eiji, puede hallar muy paralizador sostener un arma y apuntarla contra otra persona. El que Eiji fallara el tiro, aun estando tan cerca, es bastante normal. Su segundo momento, fue cuando se usó de carnada para mantener a Ash a salvo. Este plan fallo porque, bueno, en realidad no había plan.
El joven maestro Yut Lung
Uno de los personajes más maltratados en este episodio fue Yut Lung. Y créanme que no lo digo solo por la buena cantidad de jalones de pelo que le dieron. No, no, no, también me estoy refiriendo al desequilibrio emocional al que lo han estado empujando. Sabemos que Yut Lung no es el más cuerdo dentro del anime, pero cierto “centro”, si tenía. Pero ahora eso lentamente se está yendo por el desagüe. Hay muchas cosas detrás de los torcidos planes del menor de los Lee: envidia, celos, venganza, obsesión, etc. Sin embargo últimamente, sobre todo teniendo en cuenta que los Lee están prácticamente eliminados, su mayor obsesión es con Ash. Desea hundirlo en la miseria, no por odio, si no por una especie de sentimiento de superioridad. Antes ya lo dije, Yut Lung está sumergido en la obscuridad y no tolera ver como alguien más escapa de ese sentir.
En esta ocasión el menor de los Lee dejo ver nuevos aspectos de su carácter. Por ejemplo: su, cada vez más, latente inseguridad. Hace falta un par de momentos para entender lo frágil que es Yut Lung, y me refiero a frágil emocionalmente. Al contratar a Blanca, creyó que había ganado alguien en quien podría confiar, pero sus expectativas no tardan en ser traicionadas. Youssis necesita alguien en quien apoyarse, creyó que Blanca seria ese alguien, pero resulto que este solo se preocupaba por Ash. Nuevamente su envidia hacia el rubio se elevó, y su obsesión por capturarlo también. Yut Lung no es Ash, no tiene la fuerza mental de este último y esto es algo que no escapa a los ojos de Blanca. La confrontación directa no es lo suyo, pero plantar trampas sin duda se ajusta más a su estilo. Su “escorpión”, seguro causara grandes revueltos.
“Me salvaste de nuevo, Eiji”
Ash entrego todo con tal de proteger a Eiji, lo hizo porque así lo decidió y nunca espero compensación alguna. No es de extrañar lo profundo de su sentir, cuando en medio de la fiesta escucha su voz. Más, cuando momentos antes Blanca le informa que hizo un contrato con Yut Lung. Sabemos que Youssis quiere ver muerto a Ei-chan, por tanto que este haya hecho un contrato con Blanca solo puede significar peligro para Eiji. Para fortuna del japonés, su vida no está en la mira del ruso, pero esto Ash no lo sabe. En fin, saber que Eiji está en esa fiesta, es complejo para Ash. Y a pesar del estado en que se encuentra, no duda en seguir al grupo que acompaña al joven japonés. Breve pero muy significativo, Ash y Eiji comparten un momento a solas. Momento que se vuelve muy emotivo e íntimo entre ambos.
Ash acepta comer una lata de sopa que Ei-chan le prepara. Contrario a todo lo que ocurrió en la mansión, esta comida puede ingerirla, he incluso afirma que es lo mejor que ha probado en mucho tiempo. ¿Por qué pudo comer pese a la anorexia que ha estado padeciendo? Sencillamente porque se trata de una enfermedad mental, y al menos en ese momento, sentado con Eiji comiendo una simple lata de sopa, él se sentía verdaderamente en paz. Pero su momento no quedo solo ahí, Ash no duda en hablarle de su cobardía y de cómo nuevamente se siente salvado por él. Esta conversación en particular me parece completamente brillante. Porque en efecto, Ash se asume como cobarde porque no puede vivir en el presente, vive en constante miedo del futuro. No saber lo que vendrá asusta, y mucho. Pero es ese miedo, el que lo ha mantenido vivo.
Plan con ‘P’ de pánico
Una de las mejores escenas de este episodio fue, la trampa que Ash les tiende a los hombres de Yut Lung en el museo. Pese a lo debilitado que la droga que Golzine le administro lo tenía, Ash consigue fuerza para trazar un plan y llevarlo a cabo. Con ayuda de Cain, lleva a Youssin y sus hombres hasta el museo, ahí da inicio a su plan. Valiéndose de la obscuridad y lo tétrico que pueden parecer las exhibiciones, Ash va eliminando uno a uno a los hombres de Yut Lung. Tal y como Blanca lo afirma, este plan es muy bueno, pues usa el entorno para debilitar a su enemigo. Solo hace falta avivar un poco el pánico, para que el desorden los vuelva vulnerables a los ataques. Y bueno, una vez vulnerables, el trabajo es juego de niños. Sino, solo vean la facilidad con que “rapto” a Youssis.
Con Yut Lung en su poder, y Cain y su banda al otro lado de la calle, todo parecía ser un éxito. Pero no podemos cantar victoria, Eiji y compañía justo arribaron en ese momento como rehenes del grupo de los chinos. Consiguiendo así, que un inusual intercambio de rehenes se llevara a cabo dentro del museo. Sinceramente, este intercambio solo dejo más claro que, Blanca no tiene intenciones de dañar a Ash ni a Eiji. Además de que la protección a Yut Lung no parece nada efectiva, después de todo, dejo que lo arrojaran por las escaleras y ni siquiera lo atrapo. En fin, sea cual sea el caso, podemos afirmar que esta escena en general se lució. Todo el ritmo y la acción me hizo recordar algunas películas ochenteras, se notó que aquí el estilo del manga se hizo muy presente.
Los invictos
The Unvanquished es una novela escrita por William Faulkner, y fue publicada en 1938. En Los invictos, Faulkner recupera a la familia Sartoris, que ya había aparecido en su novela de ese mismo título. Las siete historias que conforman la novela están narradas por Bayard Sartoris, un muchacho del condado Yoknapatawpha. Él cuenta, desde un futuro próximo a los hechos, las circunstancias que ha visto y vivido durante la Guerra de Secesión y la inmediata posguerra. Todo siempre desde la vista de un hombre del sur, no hay otra manera. La prosa de Faulkner logra meterse en la médula de ese carácter, duro y tradicional de un hombre del sur. Que a su vez, es terco y orgulloso, que a pesar de haber perdido la guerra, se siguen considerando victoriosos. De ahí el nombre de la novela, “Los invictos”, demostrando la soberbia de nunca aceptar perder.
Si tuviera que extrapolar este título al capítulo, diría que no se trata de la historia a la que se hace referencia si no al mensaje. Justamente a ese sentimiento de soberbia que imposibilita aceptar la derrota. Porque es justo esa imposibilidad de aceptar perder, lo que reino este episodio. Lo vimos en Eiji, quien ingenuamente se sintió victorioso al salir de la fiesta llevándose a Ash con él. Y a pesar de la situación mantuvo su sensación de victoria y se lanzó al peligro esperando proteger al rubio. Nuevamente hallamos esa soberbia en Ash, quien no se conformó con quedarse quieto y siguió peleando para salvar a sus amigos. E incluso lo vimos en Yut Lung, que pese a su derrota aun mantuvo su cabeza en alto, seguro de la factibilidad de su próximo plan. En todo caso, casi podría jurar que el título está dedicado a esos últimos minutos del episodio.
Comentario final
Otro capítulo que nos deja. Ya lo dije antes y lo repito, ya se siente el clímax, abrazándonos y engulléndonos para no dejarnos ir. Este capítulo estuvo cargado de acción, pero no por ello careció de emotividad. Hubo muchos detalles que me encantaron y otros que me dolieron bastante. Entre lo que me encanto estuvo el atuendo de fiesta de Yut Lung, me hace difícil odiarlo a gusto. Ame con todo mi corazón comprobar que la confianza de Ash en Eiji es total. Aunque realmente me dolió cuando le confeso que no había comido nada mientras estuvo en la mansión de Golzine. Por un segundo hizo regresar mi memoria y contemplarlo en cama, viviendo de un suero.
Estoy más que encantada con las expresiones que mostró Ash en todo el episodio. Desde su reacción en sus pupilas al escuchar a Blanca, su emoción/temor al escuchar la voz de Eiji en la fiesta, su grito desesperado cuando Eiji se lanzó como carnada, hasta su fría mirada mientras asesinaba a los hombres de Yut Lung. Pero sin duda lo que más me gusto, sobre todo porque es lo que más extrañe, es esa vulnerabilidad que solo demuestra con Eiji. De Ei-chan no puedo decir nada que no haya dicho antes, es ‘My Sunshine’ y siempre es lindo. Aunque le guste actuar por impulso, lo hace con buenas intenciones, así que le perdono todo.
En fin, esto ya se ha alargado lo suficiente. Les dejo las preguntas de costumbre: ¿Qué les ha parecido este capítulo? ¿No fue totalmente hermoso ver a Eiji con traje y apuntando a Golzine? ¿Alguien mas cree que sus sitios de reunión necesitan nombres menos feos? ¿“Salón de las Ratas”, en serio?
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