Reseña | Dororo – Capítulo 15

DORORO TVアニメ「どろろ」公式 CAPÍTULO 15 “LA HISTORIA DE LA ESCENA DEL INFIERNO” Un pacífico pueblo que esconde un horrendo secreto, un líder que al igual que Daigo, no mide sus intereses de sus deseos. La verdad surge y ebulle, pero esta vez arrasará con todo por la justicia. Partes serán puestas en su lugar y la … Saber más

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lightbulb_outline La siguiente reseña Dororo – Capítulo 15 contiene spoiler, si ya viste el capítulo por
favor sigue leyendo, sino puedes verlo en cualquiera de las plataformas. Aviso,
esta serie es algo gráfica, atractiva, curiosa y muy entretenida, te encantará
seguir esta historia y recuperar las extremidades vendidas.

DORORO

TVアニメ「どろろ」公式

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CAPÍTULO 15 “LA HISTORIA DE LA ESCENA DEL INFIERNO”

Un pacífico pueblo que esconde un horrendo secreto, un líder que al igual que Daigo, no mide sus intereses de sus deseos. La verdad surge y ebulle, pero esta vez arrasará con todo por la justicia. Partes serán puestas en su lugar y la distancia traerá problemas, conflictos y quizás separaciones… pero se guarda la esperanza como último aliado.

OPINIÓN CAPÍTULO 15

Iniciare esta reseña con un pequeño recorderis para todos aquellos que amamos a esta serie. Como sabemos bien, el trabajo de la animación es una labor dura y ardua, que requiere de mucha dedicación y más si esta es una serie con continuidad semanal. Para muchos fue una decepción algunas escenas que aparecieron y no tuvieron la misma calidad a la que tan bien nos hemos acostumbrado, perro recordemos que la trama es la perfección y los personajes el enganche que nos dan como resultado, una gran satisfacción.

Ahora bien la palabra que acompañara a tan revelador capítulo, el agradecimiento. Que palabra más utópica y cosquilleante para quienes anhelan escucharla o poder saborearla cuando salga de sus labios, pues cuando de nosotros surge un gracias, sentimos agradecimiento o simplemente somos agradecidos, el corazón se nos llena de calma y quizás alimentamos un poco aquel ego que pocos suelen acariciar… iniciando por nosotros mismos. En este punto de la vida de Dororo, en el que su soledad ha sido remplazada por Hyakkimaru y su falta de un digno lugar para dormir junto con comida a montones, no siente otra cosa más que agradecimiento por aquel extraño señor llamado Sabame, que sin peros, les ha brindado más de lo que podrían imaginar. Pero quien ve las almas, no puede conformarse con un gesto o una apariencia que no puede observar.

Nuestro Dororo nunca había visto tanta tranquilidad, tan buen trato y tanta paz en tanto tiempo, perro lo curioso de todo ello, es que los aldeanos entre todo su agradecimiento y devoción por el señor Sabame, controlan sus comentarios y cierran sus bocas ante cualquier pregunta o insinuación acerca de lo que ocurrió en el templo de aquella monja. Con esto crecen los misterios, ahora Hyakkimaru decide trazar un camino detrás e quien les ha dado posada y alimento, pero aquel extraño hombre de escasas facciones, siempre supo que era seguido por su visitante. Mientras que a las afueras el pueblo, Dororo descubre una extraña bodega, que en su simple apariencia resguarda el arroz de los aldeanos, pero bajo su suelo, se oculta la crueldad con la que construyeron y dieron fuerza, a aquellos horrorosos cimientos.

La verdad ha sido expuesta, el gran señor Sabame, dueño de aquellas misteriosas y tranquilas tierras, ha encarado a Hyakkimaru y le ha dejado en claro que no permitirá que el asesine a los Ayakashis que allí viven… pues ellos también son su gente. Pero la realidad de aquellas palabras difíciles e creer, están detrás de un agradecimiento, el agradecimiento que Sabame le tiene a los Ayakashis por haber salvado a su pueblo de asesinos Samuráis, vándalos y bestias hambrientas, que solo dejaban sangre, desolación y tristeza en aquellas tierras. Luego de aquel enorme favor, Sabame acogió al Ayakashi que logro todo esto y como agradecimiento la nombro su esposa. Al parecer las criaturas que pertenecen a aquella polilla gigante, quieren alimentarse del niño que se topó con aquella extraña y alejada bodega.

La crueldad siempre ha existido, si miramos hacia atrás, nuestra historia se ha escrito bajo ese manto bañado de inocente sangre. Pues la escena de aquel espíritu bebé, era simplemente el cumulo de todos los espíritus de aquellos niños que habían sido asesinados por Sabame y los aldeanos… todo por el egoísmo, la ambición y la cobardía, todo esto los llevo a dar como ofrenda a esos inocentes seres, a unos horrendos y hambrientos hijos de un manipulador Ayakashi. Ahora Dororo conoce la verdad y su agradecimiento por ser salvado por aquellos niños, que desde un inicio se aferraron a él, no tiene límites… él simplemente se siente con mucha suerte. Pero mientras unos agradecen, Hyakkimaru espera sentirse satisfechos consigo mismos, después de recuperar aquello que sin permiso le fue arrebatado.

La ira de quien ha jurado destruir a todos los Ayakashis se ha despertado y con él su feroz ataque. Aquellas orugas que habían madurado y salían de sus capullos con desalmada hambruna, salieron tras los aldeanos, mientras otros morían por las dagas de Hyakkimaru. Allí quedo una aldea que simplemente era en aquel desierto de sangre y guerra, una ilusión.

Bien dicen que lo que se hace mal, mal termina y así es como Sabame condeno a un pueblo cobarde a revivir el suplicio que los invadía en el pasado, pero ahora ha venido con más fuerza a llevárselo todo. El agotamiento en Hyakkimaru es muy obvio y demasiado claro, él tiene la intensa necesidad de acabar con todo, aunque Dororo le pida que cuide de sí mismo por encima de su deseo… pues él es su última compañía. Aun así Hyakkimaru en una sola pierna, salió tras la raíz del problema de aquella aldea, la gigante polilla Ayakashi que bajo falsas promesas, dejo que sus hijos acabaran y comieran, todo lo que vieran.

Hyakkimaru se enfrentó ante aquella enorme polilla y como el insecto que fue, murió justo como mueren todos los de su especie… detrás de una enorme y hermosa luz. Al final nuestro espadachín recupero su columna, dándole fin a uno de los tantos demonios que se alimentaron de él (Él cirujano que crió a Hyakkimaru es un maestro compañeros). Ahora la pregunta que resta es, ¿Hyakkimaru seguirá indolente ante sus acciones? ¿Solo va tras el exterminio de Ayakashis? ¿Se convertirá en un demonio por seguir su sed de venganza?

Mientras en las tierras de Daigo aun reina un poco de paz, Tahomaru práctica el arte de la guerra, para enfrentar al hermano que está dispuesto a recuperar lo que le pertenece, aun si eso significa devolverle la desgracia resguardada a aquel falso reinado. Los pensamientos distraen a nuestros protagonistas y los hace tomar direcciones distintas, aunque uno de ellos piensa en las consecuencias, otro desearía que se tomaran más en cuenta. Ahora Dororo está a la merced de quien fue el traidor y causante de la desaparición de su familia, pues él sabe acerca del tesoro y espera obtener la otra mitad con el pequeño al que le quito todo. ¿Itachi obtendrá la otra mitad del mapa? ¿Descubrirá que Dororo es mujer? ¿Cómo obtuvo aquel mapa? ¿Hyakkimaru lograra encontrar a tiempo a Dororo? Tantas preguntas…

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Fuente: Somos Kudasai

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