¡Advertencia! Esta reseña sobre Fruits Basket Final capítulo cinco contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.
“Te diste cuenta, ¿no?”
Fruits Basket Final capítulo cinco da inicio con una contemplación hacia el futuro por parte de unos zodiacos. Después de lo ocurrido con Haru, Akito se ha aislado en su habitación, la poca amabilidad de Shigure no ayuda a su estado mental. Mientras tanto, el pequeño Momiji ha dado su ansiado estirón, causando la sorpresa y admiración de muchos. Por su lado Shigure tiene una conversación sobre su personalidad y sobre Akito con Hatori. Todos se reúnen en casa de Shigure y Momiji busca despertar los sentimientos de Kyo por Tohru. Un cambio importante ocurre cuando la maldición de Momiji es removida, sin embargo él no tiene planes de permanecer a lado de Akito. Enfrentando sus dudas, su soledad y su frustración, Momiji se despide de Akito y decide caminar hacia el futuro.
¿Una mala personalidad?
Antes de pasar a la estrella del episodio, me gustaría detenerme a hablar de Shigure. Desde hace tiempo hemos venido conociendo de a poco su verdadera personalidad. Hay momentos en que se ha mostrado como alguien muy obscuro y ladino, en general podríamos decir que es un personaje del tipo retorcido, pero ¿será eso cierto? No cabe duda que Shigure no es un santo, pero sinceramente quien si lo es. En lo que debemos detenernos es en su descaro y su simplismo para admitir sus acciones, defectos y virtudes. De entre todos los zodiacos, él quizás sea el menos desgraciado con su condición, posiblemente porque nunca tuvo el interés suficiente en atarse al lavado de cerebro de los Sohma. De todos, él posee el espíritu más libre, irónicamente esta poseído por el animal más fiel. Pero su fidelidad no está en “dios”, sino en Akito, como un simple humano.
Quizás la historia se ha enfocado en enseñarnos mucho sobre la amabilidad, pero hay que decir que no toda amabilidad es buena. Para este propósito hay que hablar de Kureno y Hatori, quienes han sido todo lo permisivos y amables que han podido con Akito, porque en ella ven mas que un dios, a una niña solitaria y frágil. No está mal que la vean así, lo que es un error es que a estas alturas no sean capaces de ver el daño que su negligente amabilidad le ha ocasionado. Ya que nunca le pusieron limites, Akito creció creyendo que podía hacer lo que sea, no había nadie que le dijera “no”. El único que ha cumplido esta función es Shigure, no es que el desee lastimarla, lo que el espera es que se vuelva independiente del vínculo que ningún bien le ha hecho.
La relación de Shigure y Akito es compleja, pues ambos están en un constante tira y afloja producto de su posición. Es verdad que Shigure no sufre la maldición como el resto de los zodiacos, pero eso no significa que no le cause pena, para él ese dolor recae en la diferencia que hay entre Akito y él. Él no quiere una relación de poder con Akito, ella es la mujer que ama, quiere que sean iguales. Es por ello que en cada oportunidad Shigure la trata como una igual, no como “alguien menor”, como la ve Hatori o como una “niña solitaria” como la ve Kureno. Razón por la que Shigure es claro al decir que no desea ser el “padre” de Akito, él la anhela como mujer y quiere ser reconocido como hombre por ella.
Este doloroso anhelo es aún más evidente por la confesión de Shigure a Tohru. Ya que si él hubiese soñado con alguien como ella, en lugar de Akito, no se habría implicado en este tira y afloja. Pues la bondad de Tohru jamás habría alcanzado para aceptar tal cadena de desgracias. Claro que todo eso son solo especulaciones, que jamás podríamos saber.
La soledad de la libertad
Ahora sí, es tiempo de hablar de nuestra estrella, el dulce Momiji. Lo primero que hay que decir es que ha sido toda una sorpresa ver el gran cambio que experimento. Fue un tanto shokeante, en el sentido en que su estirón ocurrió de un momento a otro, hace dos episodios aún era más pequeño que Tohru. Tengo que decir que esto es un error del staff, porque en el manga, si bien también su estirón es repentino, desde capítulos anteriores vamos viendo cierto crecimiento en el menor. Lo más cerca que estuvimos de ello en el anime fue la temporada anterior en la fiesta de año nuevo, ahí Momiji se lucia más grande, pero al inicio de esta temporada eso se les olvido.
Estirones aparte, este episodio no solo nos deja ver el crecimiento físico de Momiji sino también el mental. Por varias razones muchos hemos llegado a concluir que Momiji es uno de los personajes más maduros a pesar de su infantil representación. Este capítulo viene a confirmar esta madurez que sobrepasa su edad. Iniciando por su amor no correspondido, Momiji es muy consiente que su amor por Tohru no es fraternal, pero eso no significa que quiera imponer su sentir en ella. Al contrario, él es sumamente respetuoso de los sentimientos de Tohru. La madurez de Momiji se refleja en el acto de querer apoyar su amor, antes de desear poseerla. Quizás Momiji pudo luchar por el amor de Tohru, pero eso no era necesario, él siempre supo que sin importar que, ya había alguien en su corazón y que no era él.
La situación es que Momiji no solo desea la felicidad de Tohru, él también pide por la de los demás, Kyo incluido. Es por ello que “enfrenta” a Kyo sobre sus sentimientos por Tohru, la felicidad de ambos es importante para él. Pero esto ta solo marca el inicio de su madures presentada. El golpe directo es cuando Momiji es finalmente liberado de la maldición. No hay una razón para ello, solo ocurre. Y muy diferente a Kureno o Haru, Momiji ya no puede permanecer atado a Akito sin importar su llanto. El precio de su libertad fue muy alto, lo que sigue es soledad. Romper la maldición no significa que podría recuperar a su familia, ni que podría tener a la chica que ama, de hecho le hizo perder lo único “tangible” que le quedaba, su vínculo con los zodiacos.
La ruptura de la maldición no es exactamente el alivio inmediato que uno esperaría. Hay una enorme carga emocional para la persona, entre la alegría, la ilusión y la esperanza, se abren camino la angustia, el desasosiego y la culpa. Pero por sobre todo, aparece la soledad. No deben olvida que el espíritu que los posee casi parece ser un alter ego dentro de ellos, es un yo distinto con el que siempre han estado y de repente se ha ido. A pesar de todo ello, Momiji tomo la mejor decisión, abandono a Akito. Con eso él demostró que la verdadera maldición está en las cadenas que les arrebatan su libertad, después de todo mientras haya vida siempre habrá esperanza en el futuro.
Detalles
Similar a la reseña anterior, mencionare algunas cosas que no voy a desarrollar pero es bueno tener a consideración.
- Este episodio inicio con una secuencia un tanto fuera de lugar. Esto es especialmente cierto en la escena de Ayame y Mine, así como en la de Yuki y Machi. En el caso de Ayame es un poco extraño que incluyeran la escena aquí, pues esta es parte de una secuencia en su redención. Para la de Yuki, es aún más extraña pues es ir de cero a cien en su relación con Machi, apenas nos dieron material para verlos juntos y ya tenemos a un Yuki dispuesto a confesar su secreto. Esto también ocurre en el manga pero esta escena es mucho después de tener más desarrollo.
- Aunque hubo mucho sentimiento en el capítulo, se sintieron ciertas carencias. El episodio anterior adapto los capítulo 104, 105 y 106 del manga, mientras que este tomo escenas del 110,111 y 128, y adapto casi en su totalidad los capítulos 115 y 116. Evidentemente hay algunos huecos que no supieron llenar completamente. Con lo que viene en el siguiente episodio espero poder hablar de estas carencias.
- Hay un arco importante que hasta ahora no ha aparecido y no es claro en qué momento aparecerá. Esta parte de la historia es muy importante para entender mejor a Kyo y su renuencia a aceptar los sentimientos de Tohru. No se trata solo de su futuro encierro, y duele que el anime este obviando esta parte fundamental del desarrollo del personaje
Comentario final
Fruits Basket Final capítulo cinco ha sido un episodio muy bueno, pero los lectores del manga sabemos que pudo ser mucho mejor. Es verdad que se liberaron muchos sentimientos y hubo un buen hilo argumental para las revelaciones. Sin embargo, las omisiones que ha tenido sobre ciertas partes del manga, vinieron a pasar factura a los fans acérrimos. Los seguidores únicamente del anime no podrán ver estas faltas, pues con todo dicho la dirección del episodio no es mala ni deficiente. Asi que sí, soy solo yo, una lectora del manga, haciendo pataleta porque cambiaron la receta.
Antes de cerrar con esta reseña solo me queda decir, que bonito fue ver a Momiji crecer. No solo hablo de su estirón, la forma en que afronto la perdida y se antepuso a la soledad son cosas que me encantan de su personaje. Esa sonrisa que nos regaló al final es pura magia, siento que me purifico el alma. Debo decir que se sintió mucho como una despedida, quizás lo fue, sin embargo el papel de Momiji aún no ha concluido, hay otra tarea que solo él puede llevar a cabo y amare verlo hacerlo.
En fin, estas han sido mis impresiones de este capítulo, díganme: ¿Qué les ha parecido este episodio? ¿Les gusto el cambio tan abrupto de Momiji? ¿Cuál es su opinión acerca de la libertad y la soledad que esta trae? El próximo episodio será otro carrusel emocional, preparen sus pañuelos porque se vienen momentos increíbles entre Tohru y Kyo.
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