lightbulb_outline ¡Advertencia! Esta reseña sobre Kimetsu
no Yaiba capítulo veinticuatro contiene spoilers. Si aún no
has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a
leer la reseña.
Episodio
24: Entrenamiento restaurador
Esta semana Kimetsu no Yaiba capítulo veinticuatro nos lleva por un episodio mucho más relajado y concentrado en la recuperación de nuestros protagonistas, parte de esta recuperación es el entrenamiento, uno que resulta muy placentero a ojos de Zenitsu, pues según él solo están tonteando con las chicas. Sin embargo, y sin importar que, a la única que no pueden derrotar es a Kanao, por lo que Zenitsu e Inosuke acaban abandonando el entrenamiento. Por su parte, Tanjiro continua entrenando e intentando apropiarse de la técnica de respiración completa. Tanto Shinobu como las demás chicas apoyan los esfuerzos del mayor de los Kamado, quien no pierde su determinación de regresarle a su hermana su humanidad.
Entrenar
y jugar
Sin duda este ha sido uno de los episodios más relajantes y graciosos para ver. Si hay algo que pueda hacernos pasar un buen momento eso sin lugar a dudas es ver a Zenitsu siendo Zenitsu. Nada mejor que un poco de sabiduría por parte del buen Zenitsu, un ‘revelador’ dato se une al clásico “las mujeres tenemos 4 bocas” de Shimoneta, ahora podemos agregar a nuestros saberes que “las mujeres tienen dos de todo”. Siempre es divertido enterarnos de esos datos que nadie pidió. Solo puedo decir que sin duda Zenitsu se toma muy a pecho todo lo relacionado a las chicas, Inosuke no supo de donde le llego ese golpe.
Pero datos irrelevantes
aparte, he de decir que el entrenamiento al que se sometieron nuestros chicos
ha sido muy divertido de ver. Aunque no solo lo dejan como algo entretenido, ya
que cada prueba tiene un propósito concreto, lo cual no funciona por completo
si los chicos pierden su motivación antes de dar resultados. A pesar de que
Zenitsu pudo motivar a Inosuke esa motivación se esfumo en tanto ninguno consiguió
derrotar a Kanao, salvo por Tanjiro que continua esforzándose como el hermoso
ser de luz que es.
Y ya que Tanjiro es el único
que continúa el entrenamiento, también es el único que intenta aprender la
fuerza que poseen los Pilares y Kanao. Una fuerza que nace de la respiración, más
concretamente de la dominación de la técnica de respiración completa. Ejercitar
los pulmones y continuar el entrenamiento reconstructivo no son asuntos sencillos,
pero el mayor de los Kamado no tiene intención de echarse atrás en sus
convicciones, él necesita fuerza y eso requiere mucho esfuerzo.
Los
sueños que se heredan
Un personaje que tomo su nivel de protagonismo en este episodio fue Shinobu, quien nuevamente me demostró que hay mucho en ella que no deja ver. Desde su primera aparición Shinobu se mostró como alguien cambiante e incluso diríamos difícil de leer, ella fue la primera en hablar de una amistad con los demonios, sin embargo no se le ve demasiado afectada al exterminar a la hermana de Rui en el monte Natagumo. Durante la reunión en casa de ‘el patrón’, nuevamente ella es la única que toma una actitud conciliadora y está dispuesta a escuchar a Tanjiro, sin que esto implique que está de su lado. Será hasta este episodio en que podemos adentrarnos un poco en los sentimientos de esta cazadora, quien de hecho guarda mucho rencor en contra de los demonios, un rencor que no deja fluir por consideración a su difunta hermana.
Los deseos de otros,
especialmente los de aquellos cercanos a nosotros, tienen un peso muy
considerable en nuestros corazones y por ende en nuestras decisiones. Shinobu perdió
a su hermana, una cazadora que creía en el corazón de los demonios y murió a
manos de uno. Sin embargo, lejos de explotar en cólera y resentimiento, Shinobu
considera más importante mantener viva la memoria de su difunta hermana, y que
mejor manera de hacerlo que cumplir su sueño. En efecto, el sueño de demonios y
humanos llevándose bien no es el sueño de Shinobu sino de su hermana. Aunque parece
que ha llegado a un punto de inflexión ya que está intentando pasar este sueño
a Tanjiro, ¿por qué? Quizá porque sabe que con sentimientos a medias no es como
podrá lograr aquello que llego a soñar su hermana, muy diferente a la convicción
real que Tanjiro ha demostrado al permanecer junto a su hermana a pesar de las
circunstancias.
Comentario
final
Kimetsu no Yaiba capítulo veinticuatro es un episodio dedicado al esfuerzo y el humor. No cabe duda que estamos ante un Shonen en toda la extensión de la palabra, las características de estas historias están perfectamente plasmadas en esta historia e incluso en este preciso episodio. Para nadie es un secreto que uno de los tópicos más importantes del Shonen es el esfuerzo, y nadie puede negar que este está impreso en cada escena, Tanjiro es ya un sinónimo de trabajo duro. Por supuesto también cuenta con su justo grado de comedia, y el oportuno sentimiento de ‘heredar voluntades’.
En fin, antes de terminar con esto no me puedo retirar sin dejar en claro que lo mejor de este episodio ha sido Zenitsu. Hasta yo sé que soy excesivamente favoritista pero por favor, ¿en serio me dirían que no encontraron divertido cada ocurrencia que tuvo? Nuevamente debo darle el galardón a la mejor frase, y no, no me refiero a sus conocimientos sobre mujeres, si no a la perfecta frase que define cada final de mi día: “Para ser yo, me esforcé mucho.”
Finalmente, es tiempo de cerrar con esto, no sin antes preguntar: ¿Qué les ha parecido este episodio? ¿Les parece que Zenitsu llevaba razón al ‘disfrutar’ tanto su entrenamiento reconstructivo? ¿Ustedes que opinan sobre esta ‘herencia de voluntades’?
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