lightbulb_outline Esta reseña sobre Majutsushi Orphen Hagure Tabi contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Capítulo 10: “Haz que mi pasado desaparezca, asesino”
En esta décima entrega de Majutsushi Orphen Hagure Tabi, uno de los estudiantes de Leticia le cuenta a Majic el pasado de Orphen, desvelando oscuros secretos. Más tarde, Leticia y Majic toman la decisión de ir tras Orphen.
El hechicero se enfrenta a su falso yo del pasado en la antigua mansión de su maestro, y allí se confirman sus sospechas: se trata de una poderosa muñeca que ha creado Azalie para que Orphen se enfrente a su pasado y se vuelva más fuerte. Sin embargo, este ser ha adoptado voluntad propia y desea matarlo ocupar su lugar junto a Azalie. Tras una dura lucha, Orphen vence malherido. Azalie reaparece entonces y le ofrece estar a su lado. El joven duda, no sabe por qué su amiga está asesinando ancianos de la Torre. El único mensaje firme que le deja es su sospecha de que Childman lo entrenó para matarla, y que necesita saber cuáles eran las verdaderas intenciones del maestro.
Finalmente, Azalie esconde su rastro y se va. Majic y Leticia asisten a Orphen y Claiomh, que acaba de despertar sana y salva.
Análisis: alter ego III
En este nuevo capítulo de Majutsushi Orphen Hagure Tabi, podríamos retomar los temas esbozados en la reseña anterior y ampliarlos, porque tanto las partes buenas como las malas parten del noveno episodio y se desarrollan por extenso. Destacan, fundamentalmente, la inevitable confrontación de Orphen con su alter ego y su victoria final sobre él, la reaparición de Azalie y el desarrollo de la trama a través de los diálogos.
La victoria de Orphen ante el espejo de su propia oscuridad era un desenlace obvio y sin sorpresas. Como en todos los casos, provoca que el personaje se reafirme en sus principios y aumente su poder. Aceptar el pasado, integrarlo y vencerlo es ese conjunto de tópicos que, bien hechos, siempre funcionan. Ahora bien, si hubiera que destacar algún detalle en particular, sería la actitud del propio Orphen ante el falso Krylancelo. El final se enreda en un punto interesante; y es que, el joven hechicero le habla a la marioneta como si de verdad hablase con su yo del pasado. Usa ese momento para vencerse a sí mismo antes que vencer al enemigo en sí, y nos confiesa todo lo que piensa y siente. En otras palabras, se habla a sí mismo.
El resultado es el triunfo de Orphen sobre Krylancelo. El hechicero libre y defectuoso antes que el sucesor de Childman y potencial asesino, porque ante todo, nuestro protagonista se aferra a su humanidad.
Azalie reaparece
Azalie se configura ya como un personaje que va a continuar en la historia en una delgada línea entre el amigo y el enemigo. Hasta ahora, se ha construido como un personaje complejo que se divide entre su enorme ambición de poder, su rencor y su aprecio a Orphen. En el hechicero, representa la duda, y el dolor de un enfrentamiento que no desea. La mano tendida de Azalie me ha recordado -¡salvando las enormes distancias de calidad y drama!- a la de Kikyo en Inuyasha. Hay una atracción que no puede rechazar fácilmente.
Por otro lado, el tratamiento de Claiomh sigue siendo muy decepcionante. Además, el paseo tranquilo de Orphen por la ciudad mientras va a rescatarla es de una frivolidad demencial.
Los diálogos y el desarrollo de la trama
Quizás, fruto de la necesaria aceleración en la historia y, a la vez, la enorme cantidad de sucesos que se tienen que explicar para cuadrar el presente, los diálogos acaban enredándose. Concentran la información, y se pretende contarnos tanto en tan poco, que es imposible asimilar todos los detalles con un solo visionado. Para un lector de las novelas será información asimilada, pero un espectador que se inicie a la historia tiene que notar el fallo.
Añadido a esto, en muchas partes pecan o bien de sobrexplicativos, o bien de ambigüedad y ruptura de la lógica. Llevan dos o tres capítulos construyendo explicaciones “bíblicas” (en el sentido de largas) que tienes que parar y volverte a ver cinco veces para quedarte igual. Al menos, esta vez han intentado no abusar del flashback.
A modo de conclusión
Majutsushi Orphen Hagure Tabi cierra ya el ciclo del enfrentamiento de Orphen contra su propio pasado. Además de salir reforzado, la trama se abre a un nuevo ciclo de misterios en torno a las intenciones de Azalie, que baila entre la enemistad y los lazos de la infancia respecto al hechicero.
Ha sido un enfrentamiento interesante y las reflexiones de Orphen son una declaración de principios que nos presentan esa elección de la libertad “defectuosa” antes que el poder y la sangre. No obstante, las explicaciones argumentales de la trama a través de los diálogos son aceleradas y a veces, incluso, quiebran su lógica.
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