lightbulb_outline Esta reseña sobre Tate no Yuusha no Nariagari contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Capítulo 16: “Reina de los filolial”
Se desata el caos en el interior de los dominios de Idol Rabier. El monstruo invocado persigue al grupo de Naofumi y provoca una gran destrucción a su paso. Gracias a una misteriosa conexión entre el monstruo y Filo, deciden atraerlo al bosque hasta encontrar un claro abierto en el que lo enfrentan. Reichnott, por otro lado, se hace cargo de los semihumanos liberados para ponerlos a salvo.
En el claro, ninguno de los ataques combinados del grupo funciona, por lo que Naofumi decide usar el escudo de la ira. Sin embargo, una voz en su cabeza le dice que no lo haga y aparece un ejército de filolial que rodean al monstruo. Justo en ese momento, sale del lago un filolial de dimensiones titánicas que Melty reconoce como la reina de los filolial, Fitoria. Esta vence al monstruo sin dificultad y, tras una breve presentación en la que recupera su forma humana, los invita a entrar en su carruaje, que los transporta al territorio sagrado de los filolial. Una vez allí, revela su intención de conocer a la nueva candidata a reina, Filo, y mantiene una conversación a solas con Naofumi. Fitoria está al tanto del conflicto de los héroes y quiere que hagan las paces por el bien del mundo. Cuando Naofumi le dice que es imposible, esta confiesa que entonces tendrá que matarlos.
En Melromarc, Ren e Itsuki hacen pesquisas para descubrir el complot de la Iglesia de los Tres Héroes, pero Mein los ha descubierto.
Análisis: un giro en los acontecimientos
En esta nueva entrega de Tate no Yuusha no Nariagari entra en escena un nuevo personaje que acapara la mayor parte del protagonismo en el capítulo; este es, la reina Fitoria. Gracias a ello, ese rumbo nuevo que intuimos en el argumento toma una forma más poderosa.
Además, en una breve escena, descubrimos el camino que trazaron las dudas de Ren y podemos decir- ¡al fin! – que los héroes del arco y la espada empiezan a pensar y actuar por sí mismos. Creo que no pocos espectadores habrán estado esperando ese momento en el que Ren dice, y cito textualmente: “Naofumi tenía razón”.
Itsuki, el héroe del arco, es prácticamente un personaje invisible, sus acciones y pensamientos siempre están ligados al de un grupo o un personaje con liderazgo. No se puede decir que no haya salido de este círculo vicioso, por cuanto sigue las ideas de Ren, pero al menos, este último sí está definiéndose y haciéndose poco a poco un papel independiente en los acontecimientos.
De Motoyasu, que no sale en todo el capítulo, no esperamos nada, de momento. Mi opinión sobre este personaje quedó señalada en una reseña anterior y la mantengo. Me conformo con que Filo lo siga golpeando en la entrepierna cada vez que aparece.
A grandes rasgos, aunque el tiempo narrativo del episodio está dedicado en su mayor parte a la aparición de Fitoria, y la otra escena apenas ocupa espacio, ambos sucesos, igual de importantes, conforman la clave de los nuevos acontecimientos que están por venir.
A continuación, vamos a desgranar algunos aspectos del capítulo de Tate no Yuusha no Nariagari que me han parecido dignos de interés o crítica.
El… ¿“dinosaurio”?
He intentado tomarme toda la parte de la aparición del monstruo con la mayor seriedad posible, no tanto por el evidente abuso de las escenas irreales, tipo videojuego, cuando se mueve el ser; sino porque no podía sacarme de la cabeza al T-Rex de Parque Jurásico. Y es que los diez minutos aproximados que dura la persecución hasta que lo atacan y aparece la reina Fitoria, con todo el paisaje envuelto en la oscuridad de los tonos nocturnos, tenemos a un auténtico monstruo, clásico y descontrolado, que ataca, ruge y destruye edificios. (Ya cuando lanza llamas, una intenta no pensar en Digimon.)
La verdad es que, para ser un monstruo de un Isekai, echo en falta la ruptura de los estereotipos y un trabajo más concienzudo a la hora de dotar de entidad al ser. Al final, no es ni más ni menos, que una justificación para lograr una entrada espectacular de la reina Fitoria. Puestos, además, a explotar los clichés, hubiera sido preferible, si en lugar de Idol Rabier, el pisotón lo hubiera recibido Mein.
Pues sí, he intentado tomarme esta parte con seriedad, pero teniendo en cuenta que acaba siendo el ingrediente estrella del guiso de Naofumi para alimentar a un ejército de filolial; sencillamente, no puedo.
Fundamento e historia: el poder de unas ruinas
Fitoria nos transporta junto con Naofumi y los demás, a unas ruinas. Al hacer esto, dota al universo de la historia de un ingrediente que la enriquece: el hallazgo histórico, el ambiente arqueológico.
La reina filolial nos desvela un sendero de nuevos misterios acerca de héroes antiguos con historias próximas a los héroes actuales. Así, al igual que el héroe del escudo cría a Filo, Fitoria fue criada por el héroe al que debe su promesa de salvaguardar el mundo.
Este recurso es muy útil a la hora de inyectar verosimilitud y profundidad a un universo de ficción, por ello, al ver las ruinas nos han debido de saltar las alarmas y recordarnos no pocas historias. Hay un elemento de misterio en torno a los restos de un reino antiguo, la historia de unos héroes anteriores y los destinos circulares que repiten el destino. Normalmente, tienen un poder romántico – en el sentido de apasionado- y evocador, que atrapan al espectador en el esfuerzo de imaginar y reconstruir con su propia mente lo que fue y ya no está.
Personalmente, soy muy fan del recurso del enriquecimiento histórico, aunque es evidente que siempre habrá mejores o peores desarrollos. Quizás, por estar entre mis favoritos, me salta a la memoria enseguida el fundamento histórico en el mundo de One Piece, obra que jamás podríamos percibir de igual forma sin esto, o sin su famosa saga de Skypiea. En definitiva, creo que nutrir con argumentos históricos una trama la singulariza, la moldea y le da una entidad firme; incluso en algunas historias, se hace indispensable, raíz y motor de la acción. Que esto suceda o acabe en un mero argumento superficial, la forma en la que se lleve a cabo en Tate no Yuusha no Nariagari, queda en manos de la interpretación que se está haciendo de las novelas.
Fitoria
El personaje de la reina filolial merece unas breves líneas de análisis. Es la guía evidente que abre las puertas al conocimiento de misterios acerca del pasado, pero es además una figura imponente que combina la aparente dulzura de una joven en su forma humana con la sabiduría de sus diálogos. En todo momento, queda claro el contraste. De este modo, observamos que sus motivaciones y objetivos son fuertes y están basados en una amplia experiencia vital.
La última frase que le dedica al héroe no es una amenaza, en la calma y la determinación de su voz sabemos que es perfectamente posible, aunque no deseable, la decisión de matar a los héroes por el bien de la supervivencia del mundo que juró proteger.
A modo de conclusión
En este nuevo capítulo de Tate no Yuusha no Nariagari hemos sido testigos de dos hechos importantes que cambiarán el curso de los acontecimientos: la aparición de Fitoria y las decisiones de los héroes de la espada y el arco.
Pero cuidado, Mein está al acecho.
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