lightbulb_outline ¡Advertencia! Esta reseña sobre Yesterday wo Utatte capítulos diez y once contiene spoilers. Si no quieres pasar un mal momento es mejor que veas estos episodios y después disfrutes esta reseña.
Yesterday wo Utatte
Capítulo diez
La llegada de Shinako a la cena de navidad entre Rikou y sus colegas cambió en rumbo de este drama romántico. Creí que la serie finalizaría en un ir y venir imparable, sin embargo, estoy sorprendida. Las visitas de Haru ponen a Rikou cada vez más incómodo, sobretodo ahora que Shinako ha declarado su amor abiertamente. Los pasos son lentos, como todo en esta mujer, pero, al menos ya hay un camino marcado para ambos. La cena salió mejor de lo que todos podíamos pensar. Esperar a año nuevo no fue sencillo pero valió la pena. El inesperado incidente en casa de Haru llevará a Rikou a su casa.
Capítulo once
Este es el penúltimo capítulo y no puedo con la ansia de saber en qué terminará el nuevo berrinche de Rou. Para Shinako y Rikou no ha sido sencillo aceptar que comienzan a tener una relación y que salir les sienta bien. Aún más difícil se ha vuelto hablar al respecto con Haru y Rou. Ambos se enteran accidentalmente; Haru sabía lo que pasaría ahora sólo necesita aceptarlo, quién sabe a dónde fue; Rou no es tan maduro como Haru, necesita explicaciones, pero sobretodo manipular. Este muchacho no sabe nada del amor, pero, conoce bastante bien el egoísmo. No quiero llegar al último capítulo de Yesterday wo Utatte.
Año nuevo, vida nueva
Antes creía que un nuevo año nos ofrece la oportunidad de replantearnos quiénes somos, a dónde vamos, qué deseamos, en fin, todas esas cosas con las que nos persuade el ambiente y el clima de las fechas desembridas. Me doy cuenta que esas fechas son poderosas en el colectivo. El ideario público nos vuelve más valientes. Las ideas tienen grandes repercusiones en la vida de todos los hombres, no sólo nos iluminan, también son un motor valiosísimo para la acción. Estoy asombrada por la acción tan precisa y certera de Shinako. Es bien cierto que no se nos puede ir la vida en incertidumbres y miedos, el tiempo nos empuja siempre hacia delante, pero para cada uno el tiempo puede ser diferente.
El paso de mi andar no es el mismo que el del bus que pasa a lado mío mientras camino por una acera, y sin embargo, para ambos, en la medida abstracta del tiempo, han pasado los mismos cinco segundos. La respuesta moderna a la pregunta por el tiempo y su existencia real en el mundo, al igual que por otras funciones de la materia, nos ha hecho creer que podemos palparlo, que es el mismo para todos. Hemos estado tan ocupados discutiendo sobre la importancia del conocimiento de la realidad que olvidamos que todas esas matemáticas con las que describimos el mundo son sólo operaciones del entendimiento.
El tiempo de Shinako, el que ha decidido tomarse no es diferente al que nosotros también pudimos ocupar en sus circunstancias. Es un error creer, tal como lo muestra este anime, que los seres humanos somos lineales, espaciales, temporales y por ende predecibles; esas cualidades con las que explicamos la realidad no nos comprenden a nosotros en tanto unión de alma y cuerpo, sino sólo como cuerpo. Las pasiones del alma, tal como Descartes lo pensaba, son las únicas nociones que el hombre puede tener sobre sí para comprender su composición como humano, no sólo como alma, no sólo como cuerpo. Las pasiones son lo más próximo a nosotros.
Lento
El camino que llevan nuestro par de tortolitos puede parecer tedioso. En un mundo en donde la rapidez y la eficacia permean el concepto de lo útil y servil, un viaje en tren, por ejemplo, puede resultar simple vanidad y charlatanería intelectual. La forma en que vivimos el amor, la tristeza, el enojo, los celos, el deseo, la admiración, la ira, la alegría, cualquier pasión, no es en el mismo sentido en que pensamos los días, las horas o los años. Dejar pasar el tiempo sobre las emociones; que crezcan, que desaparezcan, que revivan o que mueran, no es un asunto contable, es sólo dejarlas suceder el alma y en el cuerpo. Shinako fue acusada por nosotros, decíamos que era sosa y bastante indecisa, seguramente nosotros hemos tenido ese mismo paso alguna vez.
La lentitud y la paciencia no son mis fuertes, estoy acostumbrada a pensar en el tiempo como algo inmediato, a la vida como arena entre los dedos. La ansiedad me había corrido los huesos. Si de algo estoy agradecida con el aislamiento es que he aprendido más sobre vivir que cuando creía estar viviendo. El curso de Yesterday wo Utatte ha sido perfectamente planteado para mostrarnos que vivir con calma y en paz, sin prisas y sin titubeo, no sólo es más sencillo, nos ayuda a crecer. No pensemos más en el tiempo, pensemos como antes de los relojes, pensemos el tiempo en momentos y que éstos contarse y no mostrarse.
Cada que tenemos claro lo que somos es difícil caer en manipulaciones y berrinches absurdos. Haru vive sus emociones y aunque parezca impulsiva sabe a dónde ir para seguir. Rou acostumbra sólo llorar para obtener lo que desea, él no vive sus pasiones sólo las complace. Tener cierto lo que queremos nos ayuda a tomar mejores decisiones, por nosotros y por los demás. No he dicho irrepetibles ocasiones; a cada uno nos llega el momento de crecer, como organismo vivo, como sustancia pensante, como humanos. El siglo más ilustre olvidó que la razón es sólo una capacidad y no la detonación última de lo que significa ser humano. No somos el centro del universo y nuestra genialidad se resume a un poco de polvo cósmico, al final lo que nos queda es sólo el recuerdo.
Conclusiones finales de Yesterday wo Utatte
Ha sido un placer recorrer este anime lleno de nuevas reflexiones. La vida adulta parece sencilla cuando uno es pequeño y desea crecer con todo su corazón. Conforme vamos creciendo el tiempo se pasa más rápido, eso es lo que dicen, sin embargo pienso que es más bien que solemos pensarlo más y cuando lo pensamos de sobremanera siempre nos apresuramos. El capítulo once me ha dejado un sabor agridulce. Estoy impresionada con el camino que tomó la serie, no pensé que por fin se estableciera el rumbo certero de los personajes, pero a la vez, en un mismo sentimiento, me llega la nostalgia de despedir esta temporada.
Para decir que un anime es una joya, tenemos en mente argumentos elaborados, fantasías bien preparadas, animaciones exageradas buena música, pero Yesterday wo Utatte no sólo nos ha dado lecciones sobre el amor, el tiempo y la vida adulta, también nos ha mostrado que la sencillez puede convertirse en un joya. Se agradece el trabajo de las narrativas más complejas, en las sencillas hay todo un camino abierto y sobretodo un trabajo extra para el espectador; pensar por sí mismo hasta encontrar es eso poco algo cotidiano y real. No pierdan el tiempo, sólo vívanlo.
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