La tasa de natalidad en Japón ha alcanzado su nivel más bajo desde que se comenzó a registrar en 1947. En 2023, el índice de fecundidad, que mide el número promedio de hijos que una mujer tendrá a lo largo de su vida, se situó en 1.20, según informó el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar. Esta cifra representa una disminución de 0.06 puntos respecto al año anterior y marca el octavo año consecutivo de descenso.
A nivel regional, todas los prefecturas experimentaron una disminución en la tasa de natalidad en comparación con 2022. Tokio registró la tasa más baja con 0.99, seguida por Hokkaido (1.06) y Miyagi (1.07). En contraste, Okinawa tuvo la tasa más alta con 1.60, seguida de Miyazaki y Nagasaki (1.49) y Kagoshima (1.48).
En 2023, nacieron 72,727 niños japoneses, una reducción de 43,482 en comparación con 2022, el número más bajo desde que se llevan registros. Paralelamente, el número de fallecimientos alcanzó un récord de 1,575,936, aumentando en 6,886 respecto al año anterior.
El caso de Shuhei Horikiri (堀切脩平), un residente de Chiba de 31 años, ilustra las dificultades de muchos padres jóvenes. Trabajando en una gran empresa de recursos humanos, Horikiri enfrentaba largas jornadas laborales que le dificultaban combinar trabajo y crianza. Finalmente, optó por un trabajo remoto para equilibrar mejor sus responsabilidades familiares y laborales.
Algunas empresas han tomado medidas para mejorar el equilibrio entre trabajo y vida personal de sus empleados. Un ejemplo notable es Baeren Brewery en Morioka, que implementó reformas laborales significativas hace siete años. Estas incluyen la redistribución de tareas para evitar la sobrecarga de trabajo y la introducción de aplicaciones para facilitar la comunicación y la eficiencia. Como resultado, las horas extras se redujeron en un 27% por empleado, y la empresa experimentó un aumento del 50% en sus ventas, permitiendo incrementos salariales a pesar de la reducción de horas laborales.
La disminución de la tasa de natalidad en Japón refleja desafíos estructurales complejos, incluidos la inseguridad económica y la dificultad para equilibrar trabajo y familia. Las experiencias de individuos como Horikiri y las iniciativas empresariales exitosas como las de Baeren Brewery demuestran que es posible implementar soluciones. Es crucial que el gobierno y las empresas continúen trabajando juntos para crear entornos laborales que fomenten la estabilidad familiar y económica, siendo esta una estrategia esencial para revertir la tendencia de la baja natalidad y asegurar un futuro sostenible para Japón.
- «La tasa de natalidad en Tokio, donde los salarios son más altos, es la más baja».
- «Creo que deberíamos dejar de intentar aumentar la población y empezar a librar una guerra de desgaste, intentando mantener la mayor prosperidad posible mientras la tasa de natalidad sigue bajando».
- «Pues claro. Porque el Estado no se ocupa de su gente».
- «El gobierno sólo piensa en gastar dinero para fortalecer las bóvedas, mientras que los activos en nombre de las personas van disminuyendo».
- «La población del mundo en su conjunto está creciendo demasiado rápido, así que vamos a reducir la población como un país desarrollado».
- «El gobierno debería cambiar su política basándose en la premisa de que la población disminuirá. Creo que sabíamos que esto iba a ocurrir».
- «Me parece mal que Tokio sea, con diferencia, la más baja. Tokio tiene una gran población y gente joven, pero si es así, no es más que un agujero negro que absorbe población. Si no acabamos con la concentración ahora, va a empeorar aún más».
- «Si nos fijamos en la tasa de natalidad, no es el momento para los conflictos internos de Asia Oriental, de verdad. Es un problema de todos los países industrializados».
- «¿Por qué no cambiamos de mentalidad y gastamos dinero en la gente que vive en el presente sin aumentar la natalidad? Aceptemos el futuro de perecer».
Fuente: NHK NEWS
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