El productor de los estudios Production I.G, Hiroshi Ito, y el productor de WIT Studio, Tetsuya Nakatake, compartieron su opinión sobre el estado actual de las colaboraciones en el extranjero durante el seminario “Global Strategies of Japanese Animation Studios: Our Positive Global Strategies (Estrategias globales de los estudios de animación japoneses: Nuestras estrategias globales positivas)” de la TIFFCOM2022. En general, señalaron que acogen con agrado las colaboraciones en el extranjero y aprecian especialmente los acuerdos con compañeros otaku que entienden el atractivo del anime japonés.
Los productores explicaron los diferentes tipos de colaboración con los que trabajan. Comenzaron con los animadores, que es la circunstancia más común en la que el talento extranjero se aplica al anime. La digitalización del proceso de animación facilita la incorporación del trabajo dibujado a distancia al proceso típico de producción; muchos animadores utilizan Clip Studio Paint, que es fácil de usar y asequible.
También es más fácil que nunca buscar talentos en las redes sociales. Ambos productores comentaron que han podido encontrar a algunos artistas extraordinariamente hábiles de países como China, Francia, Taiwán y Brasil. Muchos de estos jóvenes animadores tienen más de 20 años, han crecido con el anime disponible en streaming y son increíblemente apasionados con lo que dibujan. En palabras de los productores, poseen “corazones de otaku apasionados”.
Los productores comentaron que, a pesar del crecimiento del mercado en el extranjero, sigue siendo un reto para los creadores de anime crear algo que pueda atraer a los otaku y asegurarse de que llegue a ellos. En ese sentido, las cosas no han cambiado desde que el anime solo se dirigía al público japonés. Al mismo tiempo, a los estudios japoneses se les pide cada vez más que creen anime basado en propiedades intelectuales extranjeras como Star Wars; por lo que los productores esperan ver más creadores de Hollywood inspirados en el anime en el futuro.
Ambos también dedicaron un tiempo a hablar de sus colaboraciones con Netflix. Comentaron que lo bueno de trabajar con socios de streaming extranjeros es que garantizan que los costes de producción se pueden contabilizar por adelantado, lo que hace que el anime sea una inversión más segura y que permita presupuestos más elevados.
Sin embargo, ninguno de los productores creía que trabajar con socios extranjeros exigiera cambios significativos en el enfoque japonés. Aunque los productores señalaron la necesidad de pensar globalmente, dado que el mercado exterior superó al japonés en 2020, afirmaron que lo más importante para impresionar al mercado exterior es la capacidad de producción más que el marketing. En su opinión, Shingeki no Kyojin y Ghost in the Shell se convirtieron en éxitos gracias al entusiasmo de sus creadores. Ito mencionó la parte animada de Kill Bill y comentó que fue una gran toma de conciencia de lo genial que podía ser el anime.
Ambos productores esperan que, a medida que se estrechen las relaciones entre los socios japoneses y los extranjeros, pueda haber una relación más directa y personal. De ese modo, podrán alejarse de los entornos de trabajo separados y aspirar a una división del trabajo más fluida. Lo más importante, señalan, es el entusiasmo. Si una parte no lo tiene, la otra lo notará. Para ellos, trabajar con propiedades intelectuales de gran éxito es una buena señal, y es bueno que las relaciones cambien para poder tener más libertad creativa.
Por último, destacaron algunas de sus colaboraciones favoritas en el extranjero en los últimos años: Cyberpunk: Edgerunners, Arcane, la película de Super Mario Bros. y Batman Ninja. Respecto a este último título, comentaron que Batman Ninja ya no era Batman, en el buen sentido, por supuesto. En este sentido, no hay que limitarse a contratar a artistas japoneses para que dibujen las cosas tal y como eran originalmente, sino que hay que dejar que se desmelenen y muestren al mundo lo bueno del anime.
Fuente: ANN
La entrada WIT Studio quiere más colaboraciones fuera de Japón se publicó primero en Kudasai.